Dinero que se robó EPN terminará en las arcas de EU
Francisco Rodríguez jueves 20, Jun 2019Índice político
Francisco Rodríguez
Para Luis Videgaray, Enrique Peña Nieto, Emilio Lozoya y su pandilla, hay muy malas noticias en Washington y en Nueva York. Todas las transacciones fraudulentas que hicieron, devastando a la nación, desde los entrambuliques de Pemex Internacional y sus depósitos en paraísos fiscales son requeridas con codicia inaudita por la Reserva Federal estadounidense.
Al igual que los casos de Repsol, Fertinal, Agro Nitrogenados y todas las operaciones que hayan utilizado los sistemas de pago internacionales para desviar las ganancias hacia lugares que antes se consideraban inexpugnables. Es la guerra. Y en la guerra y el amor todo se vale.
Esto es así, porque, ante la crisis monetaria internacional que afecta al régimen de Donald Trump, a partir de sus guerritas comerciales con las potencias europeas y asiáticas, Rusia, China y la India, en las que obviamente salió perdiendo, el dólar tiene hambre de reservas efectivas, y no tiene para dónde voltear, más que hacía su zona hegemónica.
El dólar es una moneda que, a partir de las transacciones de materias primas en yuanes oro chinos, rublos y rupias, quedó francamente famélico. Necesita agenciarse una gran cantidad de efectivo, y ésta se encuentra en todas las negociaciones en paraísos fiscales que se hicieron con cargo al billete verde.
Parece difícil de entender, pero es muy fácil. La Reserva Federal ha sido autorizada por el Congreso para meter las narices y las manos allí donde haya dólares, producto de negociaciones negras que le reporten dividendos. La única condición es que haya un informante que sepa cómo sacar las castañas del fuego.
Mediante un módico y generoso porcentaje, los denunciantes obtienen grandes cantidades de comisión a cambio de ofrecer la información que le permita a la Reserva estadunidense estirar la mano… ¡y ya está! Es lo que está pasando en los casos de todas las operaciones realizadas en Pemex durante el período neoliberal, y en los que vayan acumulándose en adelante.
La pandilla toluquita, francamente deleznable, está con un pie en el patíbulo y en la ruina. Ya puede ser indiciada por los Estados Unidos en pleno para comparecer en sus tribunales y deponer lo que a su derecho convenga. Es también la suerte que correrán los grandes defraudadores de este país que quisieron cubrirse con un manto de impunidad extranjero.
Quien se somete a los procedimientos de enriquecimiento bestial del imperio estadounidense —ahora imperio chiquito—, tendrá que asumir y obedecer las reglas tanto de aquí como de allá. No tienen otra. ¡Imagínese usted la cauda de multimillonarios mexicanos que deben estar sintiendo pasos en la azotea! Casi todos están en la lista.
Como lo venimos comentando usted y este escribidor desde hace años, esto se veía venir. Era sólo una cuestión de tiempo y coyuntura. Se repite en los huesos del salinismo – atacomulquismo el síndrome histórico del carnicero conocido como El Tigre de Tacubaya. Impulsor y motivador de todas las invasiones extranjeras del siglo XIX que, al momento de ser considerado traidor por sus valedores, hasta ahí llegó.
Francamente vergonzoso y denigrante. Absolutamente siniestro a más no poder. La corrupción maquinada que regresa a morderse la cola como una serpiente venenosa que se creía inmune. ¿Cuántos miles de millones de dólares podrá recuperar la Reserva Federal estadounidense en estos casos de fraudes contra nuestra nación?
¿Cuántos próceres mexicanos y favoritos empresariales de los últimos cuarenta años caerán en esta red de venganza punitiva contra los saqueadores irredentos de este país? Llegó la hora de recoger las varas, de rendir cuentas ante quienes consideraron socios y patrones originales, a espaldas del pueblo al que debían sus sueldos.
Por lo que respecta a la legislación mexicana, de tradición románica, la ciencia jurídica antigua y moderna, algo así como seis o diez mil años de jurisprudencia, señala que los actos proditorios de tracto sucesivo no prescriben jamás. Así, como suena.
Dice hasta la Suprema Corta que “los diversos actos que, aisladamente, pueden, por sí solos, constituir una infracción, son de tracto sucesivo cuando estén unidos por la misma intención delictuosa y por la misma naturaleza del objeto, es decir, que exista unidad de relación y de fin”.
No se la van a acabar, aunque el sedicente abogado Humberto Castillejos haya recomendado juzgarse por adelantado en delitos menores de fraude y prevaricato que los iban a absolver en cinco años, por el solo transcurso del tiempo… ¡volvió a equivocarse!
Los actos de corrupción contra el pueblo, una vez ejecutados, prolongan su acción con el tiempo, pudiendo ser denunciados en cualquier momento como violatorios de derechos elementales o garantías individuales por cualquier gobierno o ciudadano afectado, en el momento en que escojan hacerlo. Tantán.
Los ignorantes salinistas- atlacomulquistas nunca supieron que desde el primer año del sexenio peñista se dedicaron a fabricar la cuerda y los arriates para ser colgados. La violación a estos derechos por actos de tracto sucesivo tiene una vida comparable a la de una cucaracha antidiluviana.
La venta de pedazos de patria, los crímenes proditorios, los despedazamientos y masacres de los cómplices jurados del narcotráfico, la entrega de aguas nacionales a las empresas extranjeras, la crueldad y todo lo hecho por esas pandillas de trúhanes les augura una pesadilla casi eterna, lo mismo que a sus familiares involucrados.
No hay ley posible que los ampare, ni procedimiento obtuso que los proteja. Dejaron todas las huellas, con cargo a Su Eminencia el Dólar, hoy más pobre que un perro de ciego. Esos árboles crecieron torcidos, y usted sabe, árbol que crece torcido, sirve para columpiarse.
Y el que se columpiará en ellos es Donald Trump, el socio incómodo. Ya desplegó sus banderas de reelección en Orlando, Florida, y no habrá quien le calle la boca en lo relativo al muro fronterizo, el terrorismo migrante… y, obviamente, la recuperación de los dólares que hasta hoy se encuentran en los bolsillos de todos los apadrinados por Carlos Salinas de Gortari.
La historia se repite primero como tragedia y después como farsa. Volverán a ser los mozos de estribos del ansiado triunfo del paranoico anaranjado. Ayer, recibiéndolo como jefe de Estado en Los Pinos cuando era un candidato que iba directo a la derrota, y ahora dándole la baza necesaria para presumir su patriotismo trasnochado. ¿No cree usted?
Índice Flamígero: El gobierno estadounidense también anda tras los 14 mil millones de dólares que, se calcula, es la fortuna de Joaquín El Chapo Guzmán, condenado en febrero por 10 cargos que podrían representarle cadena perpetua. Si bien el Departamento del Tesoro ha exhibido a lo largo de los años una larga lista de empresas que poseen o tenían los asociados del cártel de Sinaloa, los activos de El Chapo no han sido revelados. Ni siquiera se sabe cómo pagará los 5 millones de dólares que se dice cobraba el equipo de abogados que lo defendió. Uno de sus dilemas será confirmar que ese dinero es de procedencia lícita. Por el momento, la fortuna de Guzmán ha quedado en los relatos de quienes testificaron en su contra. Martínez, alias ‘El Tololoche’, fue el que dio más detalles. Dijo que Guzmán catapultó sus ganancias especializándose en el transporte de cocaína colombiana hacia EU: “Era el mejor negocio del mundo”. Le fue tan bien, contaba el ex piloto, que pronto se llenó de dinero. Ganaba unos 30 millones de dólares cada mes. En Tijuana iba recibiendo las ganancias por la venta de la droga y cuando acumulaba lo suficiente para no despertar sospechas —entre 8 y 10 millones de dólares— transportaba el dinero en sus jets a Ciudad de México. ¿Dónde está el dinero de El Chapo? ¿Dónde esconde el suyo EPN?
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